Típicamente, la mayoría de los que entrenan serán cuidadosos con su forma cuando están ejercitándose (lo cual comprende como mucho el 20% de lo que hacen en un determinado día) pero ignoran las consecuencias potenciales de otras actividades que conforman una porción mucho mayor de nuestras vidas. Cuando los problemas surgen, normalmente los achacamos a la actividad realizada dentro de el entrenamiento.
Si te haces daño en un músculo y después lo descuidas (dejándolo de entrenar completamente) no estás enfrentando el problema. El problema no es necesariamente el músculo dañado, sino que la has fastidiado en otro aspecto.
Tomemos el principio de una lesión de pecho. Obviamente, comenzará con rigidez en la zona. Lo primero que hay que hacer es recuperar la movilidad