Los zapatos y el sentarse son de presencia universal en la sociedad moderna.

La mayoría de la información que existe no tiene en cuenta los efectos de las lesiones en el cuerpo como un sistema, sino que más bien se centra en reducir dolor o aliviar problemas en articulaciones específicas. En este artículo nos centraremos en los problemas ocasionados por el uso de los zapatos, tratando los problemas de permanecer excesivo tiempo sentados en un próximo artículo (aunque si lo deseas, puedes leer también el antiguo artículo Los problemas de sentarse)

Los Zapatos

Un extracto publicado en el Jornal de la Asociación Ortopédica del Sur (Journal of the Southern Orthopaedic Association) en 1994 afirma:

El pie calzado y sus implicaciones para las mujeres americanas.

A través de la historia, los miembros de las sociedades humanas han caminado deszcalzos, y esas sociedades al parecer han tenido una incidencia menor de deformidades y dolores en los pies. Solo un estudio ha tratado el problema de las infecciones provocadas debido a heridas por caminar descalzo; aparte de eso, el pie descalzo parece haber tenido problemas mínimos. Inicialmente, los zapatos se hacían con la forma del pie y eran sandalias. Con el tiempo, los zapatos se convirtieron en elementos decorativos y símbolos de estatus y vanidad. Conforme cambiaba la forma de los zapatos, se han ido convirtiendo en fuerzas deformatorias del pie y una fuente de dolor.

También hay otros casos, como este extracto de la revista de pediatría de Agosto de 1991:

Zapatos para niños: un repaso

1. El desarrollo óptimo del pie se da en un entorno en que se está descalzo. 2. El papel primario de los zapatos es proteger el pie de las heridas e infecciones. 3. El calzado rígido y compresivo puede causar deformidad, debilidad, y falta de movilidad. 4. El término «zapatos correctivos» es una contradicción. 5. La absorción de impacto, reparto de carga, y elevación son indicaciones válidas para las modificaciones del zapato. 6. La selección de zapatos para los niños debería basarse en el modelo descalzo. 7. Los médicos deberían evitar y desaconsejar la comercialización y mediatización del calzado. La comercialización de «el calzado correctivo» es dañina para los niños, cara para las familias, y desacredita la profesión médica.

En cuanto a los zapatos para corredores, encontramos que la incidencia de lesiones antes de 1950 era baja, pero desde los años 70, cuando los fabricantes de calzados comenzaron a poner más amortiguación en los zapatos, la cantidad de corredores con algún tipo de lesión cada año está cerca del 60%. Aunque pueden existir otras causas como el aumento de la obesidad o zapatos mal apretados, al menos existen motivos para creer que el calzado puede tener parte de la culpa.

La mayoría de los zapatos de correr comunes tienen mucha amortiguación en el talón, lo que transmite al que los usa la impresión de que correr en una secuencia en la que el pie toca primero con el talón y luego con los dedos es lo correcto. Sin embargo, correr demasiado de esta forma tiene el potencial de causar daño a largo plazo en combinación con otros factores como la obesidad, zapatos mal ajustados y otras actividades, especialmente en niños y ancianos. Cuando se corre con secuencia talón-puntera, son las articulaciones las que absorben los impactos en lugar de disiparse a través de la musculatura como sucede cuando se corre con el medio pie o medio-puntera. Un estudio mostró que los zapatos alteran la mecánica de la zancada si se compara con la carrera descalzo, resultando en una menor eficiencia neta.

Al caminar si se supone que el talón debe tocar el suelo primero, pero constituye una actividad muy diferente del trotar, correr o esprintar que requieren un contacto primero de la zona media del pie o más hacia la puntera para proteger el cuerpo y operar a alto nivel.

Pérdidas de movilidad y rigidez en los gemelos

La mayoría de los zapatos hacen que el talón quede elevado debido a la amortiguación. Con un talón elevado, el pie ya está inclinado hacia delante, lo que significa que el pie no tiene que doblarse tanto durante el movimiento. El no hacer que un músculo llegue al límite de su rango de movimiento a menudo hace que comience a volverse rígido. Esto a su vez limita el rango de movimiento. De esta forma, suele producirse una pérdida de entre 10 y 20 grados de movimiento en el pie, provocando rigidez en los gemelos.

Además, nuestros pies tienen propioceptores que nos permiten sentir el suelo mientras nos movemos. Esto nos permite hacer pequeñas correcciones para mantener la postura adecuada y el movimiento. El acolchado de los zapatos produce que estas correcciones no sean las adecuadas (ya que no se penalizan los aterrizajes defectuosos), y disminuye nuestra habilidad natural y la coordinación de nuestros tobillos. Todo esto conlleva que los músculos de la planta del pie queden inactivos, dando como resultado una menor estabilidad que conlleva un aumento de la frecuencia de caídas en personas de edad avanzada.

Como puede verse, los zapatos son un problema especialmente si lo comparamos con ir descalzos. El pie tiene tres capas diferentes de músculo incluyendo la fascia que pueden ser afectados por el calzado.

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Músculos del pie y la fascia

Este estudio mostró que la rigidez en la pierna se aumentó al utilizar zapatos con amortiguación al realizar saltos con respecto a hacerlos descalzos. Al correr calzados, los corredores aterrizaban con más dorsiflexión (pie girado hacia arriba) pero tenían menos movilidad en el tobillo que cuando corrían descalzos. Esta diferencia se identificó conforme aumentaba la velocidad de la carrera: los corredores aterrizaban con una mayor flexión de rodilla. En el tobillo, los corredores descalzos aumentaron el movimiento del tobillo mucho más que los corredores calzados.

Cuando se corre descalzo, la parte delantera del pie toca el suelo con menos de 90 grados de dorsiflexión.

De forma similar, se encontró que el pie tocaba más plano y había más rigidez en la pierna cuando se corría descalzo. El aumento de la «rigidez de la pierna» es bueno porque significa que los músculos están llevándose la mayor parte de las fuerzas del impacto, en lugar de las articulaciones.

Un estudio sobre los esguinces de tobillo mostró que la percepción de la posición del pie se ve disminuida por los zapatos. Los autores también notaron que había más actividad muscular durante la inversión (movimiento de la planta del pie hacia el centro del cuerpo) con zapatos. Su conclusión fue que este era el mecanismo adaptativo del cuerpo para oponerse a la tendencia a girar los tobillos con los zapatos puestos.

En un espíritu parecido, esta investigación mostró que conforme disminuía la habilidad para absorber el impacto de los zapatos, el control del pie (propiocepción) aumentaba. La pérdida de propiocepción está implicada en el 50% de las lesiones producidas por zapatos de correr.

La mejor evidencia es la biomecánica. Esto puede verse claramente en este estudio sobre correr descalzo o calzado.

Resultados

Un incremento en las fuerzas de torsión en la cadera, rodilla y tobillo fue observado al utilizar zapatos al correr con respecto a hacerlo descalzo. Incrementos desproporcionadamente grandes se observaron en la fuerza de rotación interna de la cadera y la flexión de rodilla así como en el varo de la rodilla (torsión de la rodilla hacia dentro). Un aumento medio del 54% en la fuerza de rotación interna de la cadera, un 36% en la de flexión de rodilla y un 38% en el varo fueron medidas con respecto a correr descalzo.

El 36% de aumento en la fuerza de flexión de la rodilla con zapatos aumenta de forma potencial el trabajo del cuadriceps, aumenta el estrés a través del tendón patelar, y aumenta la presión sobre la articulación patelofemoral. Además, el incremento del 38% en la fuerza de rotación del varo de la rodilla implica una carga compresiva relativamente mayor del compartimento medio tibiofemoral, una localización anatómica que está inclinada a tener cambios degenerativos, comparándola con el compartimento lateral. Finalmente, el incremento enorme (54%) sobre la fuerza de rotación interna de la cadera, puede tener una relevancia clínica alta, dados los hallazgos anteriores que indican que la carrera de competición puede aumentar el riesgo de osteoartritis de la articulación de la cadera.

Finalmente este otro estudio indica que «seleccionar los zapatos basándose en la forma plantar tiene poca influencia en el riesgo de lesión». Básicamente, no importa lo caros que sean tus zapatos o cuanto «apoyo» te den. Eso no disminuye el riesgo de lesión.

Nota: La pérdida en el rango de movimiento ya cubre el tema de por qué los tacones altos son tan dañinos para las mujeres, aunque se vean bien con ellos. De forma similar, en deportes que incluyen flexión plantar extensiva como el «apuntar» los pies en la gimnasia o en patinaje artístico, es posible desarrollar problemas similares.

Conclusión

Los zapatos tienden a causar problemas de:

* Gemelos rígidos, resultando en una pérdida de 10-20 grados de dorsi-flexión en los gemelos.
* Desactivación de los músculos de la parte baja del pie y de los estabilizadores del tobillo
* Disminución de la propiocepción de los pies

Posibles soluciones

* Caminar descalzo todo lo que puedas. La mayoría podemos hacerlo sólo en casa.
* Usar unos zapatos Vibram 5 fingers.
* Usar zapatos de suela plana. Se suelen mencionar mucho las Chuck Taylor y otros. Las puedes ver en este artículo de T-Nation. No es lo mismo que las vibram, pero es más barato y bastante más discreto.

Extraido y traducido del artículo «Shoes, Sitting, and Lower Body Dysfunctions» publicado por Steven Low en Eat Move Improve.